1 sept 2010



Ya hace una semana que termine mi viaje a caballo y creo que va siendo hora que intente expresar la experiencia… Se me hace extraño volver a escribir en el blog, pero ya que lo tengo y en vista de que muchos amigos están en la lejanía, que mejor momento para poneros al día.
Después de todo el invierno trabajando en Ibiza, ha sido el primer verano en mi isla que he sentido la necesidad de salir para recargar energía. Opte por un viaje que siempre he tenido en mente y dejando los miedos a un lado, contrate cinco días a caballo en la Bretaña, Francia. Objetivo, Mont Sant Michel.
La fecha se aproximaba y el miedo de ser incapaz, de no aguantar o no tener el nivel necesario de equitación se iba intensificando, porque como ya sabéis, monto a caballo pero nunca he tomado clases, siempre ha sido subir y apañárselas… Otro de los miedos, mas que las agujetas o como terminar reventada, era el posible estado de mis nalgas, y es que seis horas diarias montando, quien sabe pero habían bastantes posibilidades de tener otra vez el culo escaldado de un bebe. Solución, pasar por una farmacia para comprar una pomada contra las rozaduras por si acaso…
La primera noche fue de encuentro y de presentación, un pequeño aperitivo del ambiente del grupo, que por cierto fue estupendo y nos reímos mucho. En total éramos 10, todos franceses menos yo y otra. Aurelie, la guía de 24 años. Camille, 18 años. Pascal y Bruno, pareja encantadora. Stella, checa que vive en Grecia que desde hace 11 años para su cumpleaños se ofrece un viaje a caballo. Julieta, 17 años que venia con su propio caballo, que por cierto era el mas mimado de todos. Virginia, 33 años recién regresada de Dublín donde ha estado más de 10 años y ahora le cuesta acostumbrarse a Paris (de que me suena eso…). Caroline, capitana de un escuadrón de 100 hombres en el ejército francés en el extranjero. Y por último Bertrand, controlar de trenes jubilado con un humor muy peculiar, tranquilo y a mi ver muy divertido.
El primer día fue adjudicar los caballo y empezar con los preparativos, un par de vueltas en la pista y cuando todo el mundo lo ve claro, iniciamos el viaje. Tres horas por caminos en el bosque, algún trote y galope esquivando ramas bajas y todo iba viento en popa. Tenia un caballo que en ningún momento conseguí recordar el nombre, algo así como “gers moret”, antiguo trotón reformado que el ritmo del trote era durillo de seguir pero la verdad era perfecto, lo único que tenia la manía de subir y bajar la cabeza todo el rato. Al parecer era su manera de quejarse por no poder ir al ritmo que quería.
Al medio día nos paramos en un lago a comer, venían los dueños del centro de equitación con las mesas de picnic y la comida deliciosa, no si la comida en todo momento fue estupenda así que si alguien piensa que aproveche para adelgazar…. Pues muy equivocados estáis, yo creo que hasta engorde y todo….
El caso es que al medio día Aurelie me pidió de cambiarle el caballo porque con el suyo no acababa de congeniar y el mío le gustaba mucho, bueno ella es era la guía, si me veía capacitada…..
Así que las tres hora de montar después de comer fue con caballo nuevo, otro antiguo trotón llamado Ok, desde el primer momento observe que no le gustaba ir detrás de nadie, siempre tenia que estar intentando adelantar y pegado al culo del de delante, estuve todo el tiempo recordándole que hiciera el favor de no olvidar la distancia de seguridad…. Pero ni caso!
Noche en alberge, ducha, cena, risas, dormir algo, desayuno, y a por los caballos de nuevo. Horita larga de preparación y otra vez en marcha. Segundo día algo cubierto y lluvia en algunos momentos, picnic debajo de un mini porche en un pueblecito, regreso a las monturas y Debora todo el tiempo intentando controlar la velocidad obsesiva de Ok. Mas trotes y galopes en el bosque, Ok pegado al caballo de delante. Uno se agacha para esquivar las ramas, pero con la visera del casco y mas el mío que me iba un poco grande y se me caí hacia delante, tenias que suponer cuando podías volver a erguirte? Ladeabas al cabeza esperando que justo en ese momento una rama no te dejara marcada la cara, y zas, un pequeño latigazo… Pensaba que era la única que tenia problemas pero no, por la noche hacíamos repaso de las heridas de guerra….
Eso durante la carrera, pero el final de los galopes era algo digno de ver, no era la única con problemas de parar el caballo, de 10, 7 caballos nos parábamos a la fuerza porque el de delante nos impedía el paso. Yo no conseguía pararlo por mucho que estirara, me dolieran los brazos y las abdominales de echar el peso hacia atrás, el stop era cualquier cosa menos controlado, mas bien parecia un accidente de coches en cadena….
Aurelie decidió hacer un cambio de caballo entre dos porque no los veía seguros, ya que los dos últimos días, los galopes serian en espacios grandes y abiertos y teníamos que conseguir controlar la frenada…. Todos los jinetes tenían un nivel alto de equitación, la única que realmente no sabía era yo, pero decidió no cambiar, me dijo que con Ok era normal y que lo acabaría consiguiendo, que no me preocupara. Fácil de decir, pero la verdad es hasta el momento, de los galopes disfrutaba uno o dos, los que por arte de magia empecé a conseguir frenar
Esa noche, nos alojamos en una granja que recomiendo a todo el mundo, un lugar precioso con una gente encantadora, chimenea encendida por la noche, después de día lluvioso… y de cena crepes hechas en directo. Y desayuno, otra vez crepes al gusto y calentitas….ummm
Ah entre crepe y crepe, Stella me pidió ayuda para que le pusiera un compit, (esas tiritas para las ampollas que hacen como una segunda piel), en la nalga. Me confeso que era el mejor remedio contra las rozaduras y mantener las escoceduras alejadas... Así que una pequeña rozadura que empezaba a tener en la nalga, tuvo la suerte de probar la magia del compit, y si estupendo, ninguna molestia, el mejor descubrimiento.
El tercer día, seguí estresando porque no siempre lograba controlar la velocidad con OK, y como no, lo que mas temes suele ocurrir… me la pegué, OK me dejo K.O.
Fue en un galope en un camino del bosque, como no, iba pegada al de delante, este freno, Ok se puso en un trote algo raro, perdí el estribo izquierdo y en vista que no tenia como mantenerme ( si en argentina hubiera a prendido a jinetear todavía, pero no es el caso), si me la tenia que pegar mejor que fuera a la izquierda, al borde del camino donde en ese momento estaba libre de árboles pero lleno de zarzamoras… Mejor recoger moras que caer a la derecha y quedarme en medio de la camino… mas que nada que detrás, galopaban siete caballos mas… Realmente no se le puede llamar caída, me deslice por el lateral al mismo tiempo que gritaba avisando para que parasen, algo tan complicado como “stop!” yo hubiera gritado “jinete a tierra”, pero en español no me hubieran entendido y era demasiado largo… El stop no sirvió de mucho, me caí en las zarzamoras, me senté y me protegí la cabeza esperando que pasaran todos esos cascos resonado por el camino. El resto de jinetes pararon 10 m mas allá y en tropel, como siempre.
No me hice daño, pero el susto y el sentimiento de que no debía estar ahí, que no tenia el nivel, que era una flipadilla de la vida… la crisis y agobio nadie me lo quitaba. Se que un jinete no es un jinete bueno hasta que no se cae muchas veces, pero termine el resto del día mirando el paisaje entre comeduras de olla y eso si, con una mala ostia para frenar a OK que no volvió a olvidarse de la distancia de seguridad….
Noche donde todo el mundo contaba sus caídas, y la verdad, tuve mucha pero mucha suerte así que se acabaron la tonterías y a terminar lo que había empezado!!!!
Cuarto día, y tuve que pedir a Stella que me auxiliara para hacer una obra de arte en mi pompis, con algunos compits mas en el trasero, eso empezaba a parecer un collage!
Al fin llegamos al mar!!! Lo que tanto había deseado, galopar en la playa, marea baja, grandes extensiones de arenas y pasto donde se pueden ver las ovejas de pasto salado. Lugar donde crían mejillones, algunos barcos-coches para recogerlos, restos de mejillones en la arena y un sol increíble.
Llega el momento de galopar, detrás de la guía, con pocos caballos delante para que OK no tenga tantas ganas de adelantar, seré capaz de pararlo?
Si!, a aduras penas y con algunos metros de diferencia, pero al menos tengo espacio y no tengo porque comerme el trasero de otro caballo, lo malo es que para evitar que adelantara, tenia que mantenerlo detrás del caballo de delante y no a un lateral. Y porque esta explicación? Pues porque si uno se pone a un lateral no recibe en primera línea toda la arena y las bombas de barro enviadas por los cascos del de delante… mi primer galope en la playa no fue tan idílico como me imaginaba, sintiendo la respiración del caballo, disfrutando del sol y la vista perdida en la inmensidad de la playa…. No, sin poder dejar rienda suelta a OK, con la cabeza agachada, ojos entre cerrados evitando las bombas y pensando :”porque no habré traído unas gafas de ski?”
A lo largo del día me señalaban el Mont Sant Michel a lo lejos y el ir viendo como nos acercamos entre trotes y galopes, el la hierba así no hay lluvia de arena y podía disfrutar con los ojos abiertos…., la verdad, unos de los mejores días!!!
Esa noche estábamos todos hechos polvo, y quemados por el sol, tengo que confesarlo, una chica de Ibiza se ha quemado con el sol casi inexistente de la bretaña…
Y llega el último día, nos encontramos con un guía de la zona para ir a la bahía del Mont Sant Michel, resulta que cuando la marea sube lo cubre todo, y al bajar hay que ir con un guía para evitar arenas movedizas…yo no las note pero si dicen que están será verdad…
Detrás del Mont Sant Michel hay otra montaña que pudimos subir, entre los dos hay tres kms, mas los kms que hay hasta llegar al mar, no llegamos, ni lo veía a los lejos, era como galopar en una playa inmensa e interminable.
La teoría era que al galopar había que hacerlo todos en grupo y controlados, sin adelantar al guía para que marcara el camino, pero era imposible, de los 10, 5 los adelantábamos porque los caballos estaban tan excitados que era imposible mantenerlos al trote como el guía, él trotaba y nosotros galopábamos…. En uno de eso, dio la voz de ir a la derecha, lo hice y me canse de frenarlo así que le di la oportunidad a OK de entregarse a fondo. Dos segundos y los deje a todos detrás, aminoro la marcha, pude soltar la rienda y no tener que estar en tensión, disfrutar sin arena en la cara y ser la mas feliz del mundo!!! Camille me alcanzo, nos sonreímos y como no oíamos gritos detrás supusimos que no nos dirigíamos a ningún lugar peligroso…. Hasta que alguien nos aviso “izquierda” y ahí vimos lo que nos habíamos alejado…. Fue lo mejor, por fin todo estaba OK con OK.
Y ahí termino mis días de cabalgata, con el collage del compit que se había movido y provocado una herida algo peor de la que tenia, el compit va muy bien, pero no se si pone muy cerca de la raja y que se pueda doblar…. la próxima ya lo se…
Regresamos contentos y cansados, pero aun nos quedaba el limpiar a los caballos y todo el material que estaba a rebosar de arena, despedida del caballo que regresaba a sus pastos en camión. Y nosotros nos quedábamos una noche más para ir a visitar el monasterio del Mont Sant Michel por la noche. Muy turístico pero realmente vale la pena, tardaron 700 años en terminarlo y es espectacular.
Sábado de despedidas y de viaje a Paris para regresar a Ibiza
La verdad, veo que este mensaje es larguísimo, hay tanto por contar, quería hacerlo diario pero no siempre teníamos Internet y no era el momento, tenia que disfrutar del viaje y lo hice
Lo conseguí!!!! Lo logre, con arte en el trasero (lo siento no tenéis foto), y las agujetas mas ausente de lo que me esperaba, eso si, las rodillas al final de la jornada ya no eran articulaciones, parecía que tenia patas de palo…
Si queréis mas, el próximo ya se vera, porque sobre mi futuro, ni idea, futuro incierto y misterioso…ya se vera, por ahora el presente
Un beso enorme a todos
Debora que en lugar de ser el culo inquieto
Fui el culo artístico!